Cuento “Rescate animal”

Tras los rescates que hacemos habitualmente en el colegio (véase el post “Rescatistas en acción”), buscamos en nuestra biblioteca el cuento “Rescate animal” de Patrick George. De la editorial Juventud. Con unas ilustraciones preciosas y que se comprenden perfectamente. Sin texto.

Es éste un libro que trata de cómo es la vida de un animal en libertad y cómo es esa vida cuando es o ha sido explotado. Se superpone una lámina transparente y la situación de maltrato se transforma en la de cómo sería si no lo hubiera. Así, tratan los circos, acuarios y zoos, alfombras o ropas de pieles de animales, ganadería y pesca industrial, cacería, abandono. No profundiza sino que da pie a todo.

En la clase hay varios libros que tratan el tema de los animales desde un punto de vista que se puede optimizar en diálogos y debates acerca de su cuidado, respeto, y que dan una visión diferente a la habitual, que desgraciadamente se recrean en animales contentos de trabajar en un circo o felices por “darnos” partes de su cuerpo como comida. Ya iremos viendo otros.

Sin llegar a tener que presenciar escenas cruentas se abren las puertas a un mundo desconocido y escondido porque así conviene, y surgen preguntas, investigaciones y reflexiones. Sin marcar pautas, salen cuando están habituados-as a trabajar de forma crítica y llegar a algo más que la respuesta correcta.

Mis peques de 5 años lo vieron, lo comentaron entre ellos, me escucharon leerlo para todos y por parejas hablaron sobre el texto y dibujos.

Mucha gente piensa que esto de poner a dos niñas-os de infantil a debatir algo es ilusorio, pero ya se encargan ellos de rebatirlo. Se respetan las opiniones, y si no estás de acuerdo intentas exponer tus razones.

Cuando pasamos al gran grupo surgen cosas tan increíbles que te parece mentira su profundidad.

Al final se habló de qué animal rescatarían. Como pedí uno diferente a cada uno, salieron muchos. Lo habitual sería perros o gatos. En clase también serían dignos de rescate arañas, lagartos, peces y gaviotas, por ejemplo. Uno rescataría a su propio hámster.

Y algo muy interesante es que puedes compartirlo con las compañeras y compañeros del centro escolar; esto me pasa a mí, elles ya tienen predisposición ante lo que traigo. Es un buen modo de difundir esta realidad.

Si eres madre-padre tal vez pasarlo a otros para que lo vean sus hijos-as. O entre su familia. Incluso compis del trabajo. Este simple gesto divulga la verdad y hace reflexionar.

Hoy hay más conocimiento sobre el tema porque afortunadamente hay más noticias sobre esto. Algunas englobadas en el cuidado del planeta pero bien recibidas sean.

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