Es la regla de oro si queremos trabajar con nuestros hijos el comportamiento ético. Partiendo de esta premisa tan sencilla podemos reflexionar con ellos sobre el trato ético que les debemos a los otros animales, e invitarles a pensar en el trato que reciben en laboratorios, zoos, circos, plazas de toros….
Adaptándonos a su edad y nivel de comprensión podemos elaborar diálogos sencillos con ellos, ¿a nosotros nos gustaría que nos hicieran lo que les hacen? – ¿cómo crees que te sentirías tú? – ¿cómo cambiarias la situación?-.
Distinguir con ellos entre lo bueno y lo malo, lo apropiado o inapropiado les hará crecer en valores positivos que favorezcan la convivencia entre las diferentes especies que compartimos este lugar llamado tierra.