Recordar cómo veíamos a los animales cuando éramos niños. Despertemos su espíritu crítico.

¿Recuerdas cómo veías a los animales cuando eras un niño? Para la mayoría de nosotros eran nuestros amigos, queríamos finales felices para ellos en los cuentos dónde aparecían como protagonistas, los juguetes como peluches o muñecos con forma de animal tenían sentimientos y capacidad de expresarse y relacionarse como nosotros. Cuando éramos niños y aún vivíamos despojados de los prejuicios y ideas de la sociedad empatizábamos tremendamente al mirar un animal y buscábamos su contacto.

Sin embargo, la cultura, la escuela, los libros, la televisión nos hicieron creer que los animales estaban ahí para nuestra alimentación, consumo, diversión, abrigo o entretenimiento. Nos desconectamos de la verdad, los animales están aquí para vivir su vida y no para ser nuestros esclavos. Nuestros hijos o niños que nos rodean se verán expuestos a la misma idea pre-concebida sobre los animales que tuvimos que asumir nosotros.

Debemos ayudarles a ser críticos con esos pre-juicios a cuestionarse las cosas. Por ejemplo: crees que este animal es feliz así? A partir de aquí podemos abrir una conversación con nuestros pequeños dónde ellos mismos sacarán sus conclusiones.

Despojarse de las ideas que sitúan a los animales en un lugar inferior es una reconexión con nosotros mismos.

Conectemos con nuestra infancia

Conectemos con nuestra infancia

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