En estos días de calor suele apetecer llevar a los pequeños-as al parque. Es bueno salir a tomar el aire en vez de estar con las consolas, tablets, televisores o móviles.
Hacer ejercicio y tomar el aire, estupendo.
Pero son muchas las zonas infantiles que utilizan figuras de animalitos encantadores, sonrientes y simpáticos para que se puedan subir en ellos, ya sea haciendo balanceos, escalando por sus lomos, columpiándose o cualquier otra forma de movimiento atrayente. Además, son coloridos.
Pero la idea que se transmite es totalmente especista. Allí quietos aguantan porrazos y patadas sin rechistar y siempre siguen con una sonrisa de oreja a oreja. Pueden subirse, molestarlos, darles golpes a diestro y siniestro con la complacencia de los adultos, que incluso inmortalizan el momento con sus móviles, no dándonos cuenta del mensaje que se transmite: “Están para usarlos”.
Los animales caen bien, y más a las niñas y niños. Son un reclamo. Lo vemos a diario en la publicidad: Galletas, cereales, golosinas, juguetes. Pero debemos pararnos a pensar cómo queremos educar, igual que se hace con juguetes sexistas o bélicos.
No te acostumbres a verlo como normal. Haz ver a los peques de tu entorno que eso no está bien. No están en el planeta para nuestro esparcimiento. Pueden acariciarlos y demostrarles afecto y subirse al mismo aparato que no represente un ser vivo.
Nadie debe estar al servicio esclavo del otro.
Disfruta de los parques sin especismo. De la tierra de los parterres sin molestar a los animalitos pequeños.
Disfruta la vida de todos, respetándola. Gracias.