Los zoos no son un recurso educativo

Hace unos días una mami nos comentaba su disonancia respecto a los zoos. «No me gustan, pero tengo un niño de cuatro años al que le encantan los animales… y bueno en el zoo puede verlos».

Yo le resalté el hecho de que a principios del siglo XIX esos mismos zoos de los que ella me hablaba, exponían entre sus barrotes a seres humanos de otras etnias, amparados en una mal entendida «educación» o «conocimiento». La conexión fue inminente. Se horrorizó.

No es justificable de ninguna de las maneras privar de su hábitat natural y de libertad injustamente a nadie. Si se quiere inculcar a los hijos un respeto real hacia los demás animales y ampliar sus conocimientos, basta con echar un vistazo a internet y buscar alternativas. Tienes centros de rescate y recuperación, asociaciones de preservación y educación ambiental, espacios naturales donde observar a los animales, santuarios, protectoras, refugios. Apostemos todos por un mundo más justo.

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