Las palomas esos seres que conviven a diario con nosotros y casi ni las vemos. Solo cuando nos resultan “molestas” se despotrica sobre ellas. Que si te ensucian el coche, que si te manchan el patio, los cristales… (también lo hace la lluvia).
Incluso en las colonias de gatos (si, esas alimentadas y cuidadas por voluntarios) hay polémica. Suelen comerse el pienso, y los vecinos, los pocos que consideran que esos gatos hacen la labor de erradicar ratones y ratas y por ello se les “concede” el derecho a la vida, como decíamos, esos vecinos tienen totalmente claro que las palomas no deben vivir cerca de los humanos, considerándolas plaga bíblica. En muchos sitios se multa el hecho de darles de comer expresamente.
Con mucha suerte serán esterilizadas con pienso especial o habrá palomares ecológicos. Pero su final suele ser el ser cazadas o muertas con veneno. Pinchos para que no se posen complementan este rechazo.
Pues bien, estos seres con los que los niños “juegan” a asustarlas en plazas y parques con el aliento de sus padres, esas palomitas confiadas que acuden a las migajas de los ancianos sentados en el banco, con esos típicos pasitos y ladeos de cabeza, esas que vemos, cuando algún día miramos al cielo y van y vienen en bandadas perfectamente conjuntadas, resulta que son el símbolo de la PAZ. Nada menos. Incluso para los cristianos es un símbolo importante.
Su habilidad en la orientación solo les ha valido para convertirlas en mensajeras, casi nunca con buen fin. Ninguna medalla les ha sido ofrecida por sus servicios.
Plumas utilizadas para escribir desde la antigüedad, disfrute haciendo competiciones y por supuesto la masacre del tiro al pichón, son otros aprovechamientos que obtiene el ser humano, que se empeña en sacar una mala utilidad a toda la naturaleza sin medida.
Actualmente en los centros educativos se celebra el DÍA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA.
Miles de palomas salen a relucir, se sueltan (encerradas previamente en cajas o jaulas) y hasta el próximo año nos olvidamos de ellas. También nos olvidamos de los buenos propósitos, eso es cierto.
Como homenaje a estos animales, y dedicado con cariño a las palomas del santuario El Hogar ProVegan, aquí les presentamos una manualidad para que cada cual ponga una paloma en su vida. Darle la expresión que cada uno desee puede ser una tarea divertida, tal y como hicieron los niños del Colegio Barrio Costa de Carrizal de Ingenio (Gran Canaria) quiénes nos enviaron las fotos. Han observado palomas en los entornos de la escuela y han hablado y reflexionado sobre ellas, y la actitud que deben tomar los humanos respecto a éstas. Conclusiones llevadas a cabo por los alumnos como: no debemos tirar chicles al suelo ya que pueden engancharse en los picos de las palomas, o no debemos perseguirlas porque se asustan; nos muestran como un mundo mejor es posible si fomentamos la empatía con todos los seres con los que compartimos este bello planeta.
Deseamos que os fijéis en las que podáis tener cerca. Que no sigan siendo invisibles.
¡Un abrazo lleno de paz para todos!.