Los insectos son geniales

Esta semana hicimos una salida extraescolar con los peques de Educación Infantil. Lo que hace años fue una granja escuela se fue reconvirtiendo en un lugar donde se hacen talleres sobre la naturaleza o de manualidades o hacer pan y allí acudimos.

En las presentaciones conocimos a la perrita adoptada que tienen allí. Yuka, recogida del Albergue Insular.

Solicitamos un taller sobre la importancia de los insectos. Si bien se mencionó que los humanos explotamos a las abejas, por ejemplo, quitándoles su miel o la cera para hacer velas, en esta ocasión descubrimos lo vitales que son para los ecosistemas. También vimos que su sociedad es bastante parecida a la humana. Una reina. Muchas obreras. Y zánganos que poco hacen.

También aprendimos que representan un 70% de los animales.

Sin ellos no habría vida. Así de simple.

Se encargan de polinizar las plantas. Van de flor en flor y así las plantas pueden reproducirse, al transportar el polen en sus patitas. Otra función es limpiar, devorando materia orgánica muerta. Las lombrices airean la tierra…

También forman parte de la cadena alimenticia de otros animales, evitando la superpoblación, algo que controla la propia naturaleza. Y evitan plagas de forma natural.

Gestionan tantas cosas que es imposible no tenerlos en cuenta.

Deducción: sin ellos no habría plantas. Y por tanto no habría comida ni oxígeno.

La actividad consistía en hacerles unas casitas, como un hotel, donde cada insecto de los que hay en ese lugar, en su huerta ecológica, ayudan de alguna forma. Para que estén cómodos y no se quieran marchar.

Cada animalito tiene sus preferencias.

Pusimos maderitas para los escarabajos.

Hojitas para las mariquitas. Que evitan tener pulgones.

Tallos de florecitas para las abejas.

También aprendimos que pese a todo esto utilizamos insecticidas para matarlos o deforestamos hábitats enteros.

Pero en nuestro patio del cole los cuidamos. No los matamos, los llevamos al parterre si están perdidos…

Aunque algunos nos den “miedo”, poco a poco vamos comprendiendo que hay que respetar la vida de los animales.

Alguien dijo una vez: «Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda la vida. Si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían».

Deberíamos aprender que no hay nadie pequeño. Y que los más chiquitos son muchas veces mayores en importancia que nosotros que nos creemos tan grandes y superiores.

Recomendación: La película  Bee Movie: La historia de una abeja (2007) Donde se ve la producción de miel industrial y de vital importancia de la polinización en una película de animación.

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