Había una vez, un León Juguetón al que le encantaba hacer nuevos amigos.
Vivía feliz en la sabana con su familia, pero tenía una ilusión: conocer nuevos amigos de diferentes especies y jugar con ellos.
Un buen día, el León Juguetón pasó cerca de un poblado y escuchó como los humanos hablaban sobre un sitio muy divertido donde viven animales de todas las especies: el Zoo.
– No me lo puedo creer!- dijo el León Juguetón. – Yo quiero vivir allí para poder tener amigos de todas las especies y jugar con ellos para siempre!
No lo dudó ni un segundo y decidió poner rumbo a ese idílico lugar.
Por el camino se encontró al Elefante Elegante, el cual era muy presumido y le encantaba desfilar y que le miraran mientras lo hacía.
– ¿Dónde vas tan decidido León Juguetón?
– Me voy a vivir al Zoo porque he escuchado que es un sitio donde muchos animales de diferentes especies viven y juegan juntos, y ¡los humanos van a visitarlos y mirarlos! ¡Voy a hacer muchos nuevos amigos!- explicó el León Juguetón.
– ¿Puedo ir contigo?- preguntó emocionado el Elefante Elegante. – A mí me encanta que me miren mientras hago mis coquetos desfiles. ¡Mis andares hipnotizan! ¡A los humanos les va a encantar!
Y así, el León Juguetón y el Elefante Elegante decidieron poner rumbo a ese idílico lugar juntos.
Por el camino se encontraron al Delfín Saltarín, al que le encantaba hacer piruetas y dar grandes saltos en el agua.
– ¿Dónde vais tan decididos León Juguetón y Elefante Elegante?
– ¡Nos vamos a vivir al Zoo donde podremos hacer nuevos amigos y jugar con ellos, a la vez que los humanos nos miran y nos admiran! Hemos oído que allí los delfines aprenden a hacer trucos y piruetas increíbles… ¡como las que te gustan hacer a ti!
– ¿De verdad?- preguntó entusiasmado el Delfín Saltarín.- ¡Pues me voy con vosotros! Me divierto mucho haciendo piruetas y quiero aprender a hacer todo tipo de saltos y juegos en el agua, y allí me lo enseñarán.
Y así, los tres animales pusieron rumbo a ese idílico lugar juntos. Anduvieron y anduvieron, caminaron y caminaron, y mientras, hablaban sobre la vida feliz que llevarían en el Zoo. Se imaginaban todo lo que allí podrían hacer y cada vez mas ilusionados y contentos, se iban acercando a su destino. Y por fin llegaron.
Primero, los tres amigos fueron a visitar a los leones que vivían en el Zoo. Se los imaginaban jugando y disfrutando junto a muchos animales de otras especies, pero en lugar de eso, se encontraron a unos leones aburridos, muchos estaban durmiendo, otros estaban tumbados en el suelo sin hacer nada, y todos estaban tristes.
– ¿Qué os pasa?- preguntó sorprendido el León Juguetón. – ¡Pensaba que vivíais felices jugando con todos los animales del Zoo!
Los leones le explicaron que siempre estaban castigados, que vivían en jaulas y que los humanos nunca les dejaban salir para jugar con otros animales; nunca tenían nada que hacer, por eso estaban tan aburridos y tristes.
Después de eso, los tres amigos decidieron ir a visitar a los elefantes que vivían en el Zoo. Se los imaginaban dando largos paseos, mostrando sus andares coquetos a los humanos, lo cuales disfrutaban mucho mirándolos y admirándolos. Pero en lugar de eso, se encontraron a unos elefantes desaliñados, con caras muy tristes y aburridos como ostras.
– ¡Qué os pasa?- preguntó sorprendido el Elefante Elegante. – ¡Pensaba que vivíais felices desfilando muy presumidos mientras los humanos os aplaudían!
Los elefantes le explicaron que nunca podían desfilar, que vivían en jaulas y que los humanos nunca les dejaban salir para dar esos largos paseos con los que presumir de sus andares; nunca tenían nada que hacer, por eso estaban tan aburridos y tristes.
Después de eso, los tres amigos decidieron ir a visitar a los delfines que vivían en el Zoo. Se los imaginaban disfrutando saltando en el agua y aprendiendo a hacer nuevos trucos y piruetas. Pero en lugar de eso, se encontraron a unos delfines agotados, cansados, hartos de saltar y hacer peripecias, y muy tristes.
– ¿Qué os pasa?- Preguntó sorprendido el Delfín Saltarín. – ¡Pensaba que vivíais felices aprendiendo a hacer nuevos trucos y jugando a salpicar mientras saltáis en el agua!
Los delfines le explicaron que sus profesores humanos les obligan a estudiar y trabajar mucho. Que tienen que estar todo el día aprendiendo nuevas piruetas aunque estén cansados, y repitiendo hasta la saciedad los trucos viejos. Solo podían descansar cuando los humanos lo decidieran y por eso estaban tan agostados y tristes.
Los tres amigos estaban muy sorprendidos, confusos y preocupados. Habían escuchado a los humanos hablar sobre lo divertido que era el Zoo, pero no sabían lo que pensaban y opinaban de ese lugar los animales que allí viven.
Ahora sí lo saben, y los tres amigos han descubierto y piensan que no es un buen sitio para vivir felices. Comprendieron que el mejor sitio para vivir es su casa, con su familia, donde son libres para vivir como a ellos les guste, haciendo las cosas que más les divierten.
Puedes descargarte aquí nuestra ilustración del cuento para colorear:
Nos ha encantado el cuento.
Muchas gracias Cristina.