La empatía, una de las llamadas «inteligencias personales» establecidas a principios del siglo XX por Salovey y Mayer (basándose en la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner) es, según recogen Bernarás, Garaigordobil & de las Cuevas (2011):
“la capacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás,
distinguir entre ellos y servirse de esa información
para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo”.
Plantearnos el dilema de si esta habilidad interpersonal es innata o adquirida sería introducirnos en un debate difícil de resolver. Lo que sí está claro es que la gran mayoría de niños y niñas nacen con una capacidad extraordinaria para empatizar y comprender a los demás animales. Con el tiempo, la sociedad les inculca valores especistas, les enseña que lo normal es abusar de ellos y que la igualdad no es una opción.
La empatía se puede (y se debería) fomentar mediante materiales, técnicas y formación adecuada desde que somos bien pequeñas.
Entidades como dekimba, la asociación FAADA e incluso nosotras mismas a través de este blog, ponemos a disposición de profesionales de la educación y la psicología, niños y niñas, familias y activistas, materiales de todo tipo para trabajar la empatía de lleno y desde diversas temáticas.
Sin ir más lejos, esta misma semana hemos lanzado en nuestras redes sociales la campaña «Peque-Padrino» o «Peque-Madrina» invitando a que las familias regalen a sus niños y niñas amadrinamientos a los habitantes de El Hogar ProVegan. ¿Qué mejor manera de fomentar la empatía que ésta?
Fotografía y montaje de Lucía Albano
Amadrinar o apadrinar en El Hogar ProVegan implica recibir información de tu elegido: historia pasada, carácter, estado de salud, aficiones… Posteriormente y cada cierto tiempo, se informa de las novedades que se produzcan en su vida.
Periódicamente, se fijan unos días de visita para padrinos y madrinas, de modo que puedan conocer en persona a su amadrinado o apadrinado, interactuar con él y darle el cariño que tanto demandan tras un pasado que tratan de olvidar.
En conclusión: ser peque-padrino o peque-madrina será una experiencia que marcará un antes y un después en la conciencia de tu niño o tu niña con respecto al resto de animales. Significará tu colaboración directa en la construcción de un futuro respetuoso y libre de crueldad desde los cimientos de la sociedad: los niños.
No podemos cerrar este post sin dejaros un vídeo que desprende empatía infantil y solidaridad a cada segundo:
Referencias:
Goleman, D., (1996), Inteligencia Emocional, Ciudad y país, KAIROS.
Salovey, P. & Mayer, J. D. (1990). Emotional Intelligence. Imagination, Cognition, and Personality, 9, 185-211.
Bernarás, E., Garaigordobil, M. & de las Cuevas, C. (2011). Inteligencia emocional y rasgos de personalidad: Influencia de la edad y el género durante la edad adulta y la vejez. Boletín de Psicología, 103, 75-88.