Reflexiones de una salida escolar (parte II)

Primera parte

Ya hemos destacado aquí muchas veces que es posible realizar salidas extraescolares en colegios sin ir a lugares donde se utilizan animales, y ahora referiré la visita que acabamos de hacer al jardín botánico de Gran Canaria.

Los cursos de educación infantil (3 a 5 años) fuimos invitados a un evento para presentarnos un proyecto sobre la conservación de la naturaleza y un cancionero isleño ideado para ello.

Previamente se trabajó en el aula un visionado del sitio y se habló de la importancia de conservar nuestro entorno (Canarias es una reserva biológica muy importante por ser islas, donde se conservan especies ya extintas en el resto del mundo) y las muchas especies animales que conviven con nosotros y también las que van de paso hacia África o Europa.

Las chicas y chicos enumeraron el contacto que tienen con animales tanto en su casa y el patio del colegio, como en solares y barrancos, y cómo los tratan.

Una vez allí, la mañana discurrió con una actuación de marionetas (entre ellas varios animales autóctonos o que pasan por aquí) sin tener que mostrarlos encerrados. Se transmitía muy bien el mensaje de respeto a las especies, de su cuidado y protección, precisamente sin exponerlos vivos, lo cual hubiera sido una contradicción. Se habló de la libertad de las ballenas, de no tirar piedras a los lagartos, de no tirar basura.

Una fiesta alegre y simpática. Con canciones, bailes y actuaciones que nada distaban de los espectáculos que pueden atraer a los/las pequeños/as y a sus madres-padres para pasar el rato y que creen que tener a unos delfines, elefantes o cacatúas haciendo numeritos son imprescindibles para que los niños se diviertan o “aprendan”.

Como en todo, nada está completamente libre de la utilización de seres vivos y en nuestro recorrido posterior se nos cruzaron unos patos que tienen en un estanque pequeñito. Bueno, pasaron por entre nosotros/as sin miedo porque es un sitio en donde, al menos, no están encerrados.

En una salida anterior recuerdo que tuvimos malas sensaciones porque había pollitos expuestos, juegos de pesca o esqueletos animales, incluso algunos disecados. Eso aunque no fuera un sitio aparentemente especista. En este prácticamente todo era respetuoso.

Una vez de regreso se debatió sobre la necesidad de respetar los ritmos de cada ser, sus vidas, o de no ir a ver ballenas-orcas encerradas por ejemplo. En Canarias se ven en el propio mar muy a menudo mientras vas en ferry. Sin embargo hay zonas “de recreo” con delfinarios y zoos a los que acuden numerosos turistas y gentes de aquí. Hay previstos dos nuevos. Un super acuario en Las Palmas de G.C. y un delfinario en Lanzarote (acaban de desembarcar varios delfines, los traen en tanques cerrados desde Alemania). Todo por una pura cuestión económica.

Es conveniente hacer saber tanto a instituciones públicas como privadas el rechazo que nos provocan estos centros de explotación, como las alternativas que tendrían. También, alabar a los que sí los respetan.

Justo estos días salen noticias de cómo están experimentando tecnología 7D para simular la vida animal de una forma prácticamente real. https://www.pcworld.es/vida-digital/tecnologia-7d-o-como-terminar-con-el-encierro-de-animales-en-los-zoos

Como maestra me gustaría agradecer a los que diseñan actividades de este tipo sin necesidad de recurrir al señuelo fácil. Gracias.

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