¿Es divertido?

Cuando hago una salida extraescolar con los peques de mi colegio, siempre me planteo que por mucho que intente tener en cuenta  lo que vamos a ver o hacer, por muchas preguntas que haga sobre lo que planean en ese sitio, siempre me encontraré por actividades especistas o sexistas.

En esta ocasión comento la visita a un centro de ocio. De esos en los que hay toboganes, piscinas de bolas, juguetes. También hacen celebraciones de cumpleaños, por lo que si eres madre-padre que está en contra de estas cosas también te puede suceder cuando inviten a tu hija-o a uno de ellos.

Hay que decir que en cuanto a sexismo ya se sabe que somos las personas adultas las que muchas veces dirigimos a los nenes para que jueguen con una u otra cosa. Y son ellos los que al final participan en todo: Compran en tienditas, se disfrazan de lo que les apetece, pasean carritos de bebé, disputan un partidillo en el futbolín… sin distinción.

En esta salida había varios juegos que se presentan como inocentes pero no lo son.

El toro mecánico adaptado a su tamaño. Disfrazado de juego de equilibrio y habilidad, los subimos en un animal que supuestamente intenta derribarnos porque es así, “malo”, nos quiere tirar, es salvaje, peligroso. Es lo que hay que hacer. Luchar contra él y vencerlo. Dominar.

Carreras de caballos. Bien podría ser de coches, resultaría incluso más emocionante pero no, aquí les damos la posibilidad de hacer que el animal corra más rápido, siendo montado por un jinete ¿Todos hombres? Otro detalle.

Luego están los caballitos o animales que te balancean o dan vueltas en tiovivos con música de fondo. En cada centro comercial puedes toparte con algo que atrae con sus luces y encandila para que los uses. Y pocos se resistirán. El señuelo es igual de fuerte que las chuches a la salida del supermercado. Todo dispuesto para el consumo.

Es importante educar para que se den cuenta de que no todo lo que nos “venden” es bueno y aceptable. La diversión no se puede basar en explotar a otros, aunque sea simuladamente.  Sean personas, animales o medio ambiente.

Tener esa capacidad los hará más fuertes ante el entorno que tenemos a diario. Educar tanto en consumo como en respeto.

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